4/2/15

El SadoMasoquismo

El sadomasoquismo es un acrónimo que une sadismo y masoquismo, prácticas que se engloban en el BDSM.


Toma su nombre de dos autores del siglo XIX, por un lado el muy conocido y leído Marqués de Sade (1740-1814) quien en obras como "Justine", "Juliette" "las 120 jornadas de Sodoma" o "La filosofía en el tocador" recreó interesantes situaciones donde el erotismo se mezclaba con la generación de dolor; y por otro lado el menos conocido autor austríaco Leopold von Sacher-Masoch (1836-1895) quien en la obra "La Venus de las pieles" describe la satisfacción erótica que se siente siendo agredido por una mujer vestida de cuero o la firma de un contrato de esclavo, con frases tan elocuentes como esta: "El dolor posee para mí un raro encanto y no hay nada que encienda más mi pasión que la tiranía, la crueldad y, sobre todo, la infidelidad de una hermosa mujer". Como es fácil imaginar, ambos autores estuvieron siempre rodeados por la polémica.


Como en todos los temas relacionados con el sexo existen numerosos estudios contradictorios. Para muchos es un gran soporte y complemento al sexo convencional y para otros no es más que el síntoma de alguna patología psicológica grave.
En los estudios del primer tipo se hace mucho hincapié en que las parejas que realizan estas prácticas en común suelen ser más cohesionadas, tienen una mejor comunicación y se sienten más amadas y respetadas por su compañero/a. Los segundos se apoyan en aquellas personas que buscan el dolor en la persona amada sin ser capaces de reconocerlo o que anhelan la degradación aún a costa del deseo del otro.
Así que la única manera de entenderlo de forma positiva es basándonos en la regla de oro del consentimiento mutuo (aplicable también a cualquier tipo de relación sexual), ya que cualquier otra cosa podría considerarse una agresión en toda regla y penado por la ley (con mayor o menor fortuna, ya sabemos como se las gastan algunos jueces).



El sadomasoquismo requiere de toda una puesta en escena y de unos rituales muy marcados por lo que es muy común que se realice en clubs especializados o que los roles dominantes dispongan de lugares convenientemente preparados. A partir de aquí posturas de sumisión, violencia verbal y física (siempre controlada), ataduras para inmovilizar, etc., todo un abanico de actos cuyos límites deben marcarlos los participantes, ya que la seguridad debe estar por encima de cualquier otra consideración.

Una forma de tener un primer contacto con este interesante mundo puede ser el mundo del bondage, ya que en él se puede experimentar algunas sensaciones como la privación de movimientos, visión, castigos corporales suaves, etc. sin necesidad de llegar a los niveles que algunos considerarían vejatorios.

En futuros post iremos desgranando algunos juguetes relacionados con esta especialidad.

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